martes, 22 de mayo de 2007

RETORNO A MI TRISTE SER

Me imaginó que algunas personas buscamos mundos alternos o paralelos a los de nuestra realidad, para convencernos que la vida es hermosa de mil maneras distintas a la cara del dolor y el sufrimiento... Convertimos a nuestra tristeza en fiel compañera de tertulias incansables de minutos que no se agotan aún con la llegada del amanecer... Y así una y otra vez las noches transcurren en lenta monotonía y como cada día nos ponemos en pie y nos vestimos con nuestra mejor sonrisa, esa típica sonrisa de payasito, que aunque los labios rien el alma llora; como un torrente de agua cristalina y con el soplo ensordecedor de los tiempos que fueron y ya no son.

Me pregunto mil veces si la tristeza tiene fin y si el olvido no es más que la añoranza de regresar a ese lugar seguro dentro de ese ser que nos dió la vida y del cual fuimos desterrados para venir a este mundo, que como brisa de otoño se va para nunca volver más y perderse en el dulce sendero de la inexistencia...

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